Foto: lafemme-endormie.com
Por: Oliver Becket Grien
Cuando me preguntan cómo Dios nos perdonará
por todo lo que nos hemos hecho,
volteo a ver y me doy cuenta que
Dios hace mucho que dejó este lugar
Leonardo DiCaprio en Diamantes de sangre.
Jesús era un monaguillo, a sus 11 sufrió abuso sexual por parte del cura Carlos López Valdés, con quien trabajaba. Después, el párroco solicitó su custodia para apoyarlo en sus estudios y el maltrato se extendió por años… Historias como la de Jesús se repiten a cientos y quizá miles en México, por ello Alejandra Sánchez decidió darles voz en Agnus Dei: cordero de dios, un trabajo que habla de la pederastia por parte de padres de la iglesia católica.
Agnus Dei destaca por su astucia en tocar un tema tan polémico, por hablar de la impunidad que ha imperado en estos casos y de las bases que lo permiten mientras que, a la vez, dota al problema de un rostro humano y una tremenda creatividad para recrear los acontecimientos. A eso hay que agregar el respeto para abordar el testimonio de Jesús, el cual es retratado con especial sensibilidad e inteligencia para lograr que uno se sienta conectado y entienda lo que le pasó, a pesar de la complejidad de sus emociones, incluso cuando hay una confrontación directa entre el cura pederasta y Jesús.
Como es de esperarse en una película como Agnus Dei, también se muestra la postura de la iglesia católica que con respuestas protocolarias pretende soslayar el problema y de autoridades políticas que aprovechan el silencio y los entramados jurídicos y burocráticos para evitar el castigo a los religiosos abusadores de menores. Desde la denuncia presentada en 2007 no ha habido respuesta y el cura no se ha presentado a declarar.
En lo particular, me impresionó mucho lo que platicaron los padres de Jesús. Lo expresado por ellos es ejemplo de cómo algunas familias prefieren dejar pasar, silenciar, aceptar, justificar o hasta volverse cómplices de las penosas situaciones por las que atraviesan sus hijos ya sea por falta de valor, por negación o miedo. Como para reflexionar aquello de que los papás siempre hacen lo mejor para sus hijos…
En pocas palabras
Lo bueno. Los recursos inteligentes e interesantes para una temática como la que desarrolla. También es de gran valor tener a un personaje que vivió el abuso y darle voz. Además, siempre será de un enorme reconocimiento contar con el valor de atreverse a realizar un filme sobre este tipo de problemas y lograr que llegue a múltiples salas de todo el país, mucho más cuando se es una directora tan joven como Alejandra Sánchez.
Lo malo. A veces se vuelve un poco tedioso, a pesar de que sólo dura 80 minutos.
¿Debes verla? vaya que sí, motivos no faltan: es el trabajo de una joven, mexicana, egresada de una universidad pública, es un documental y habla de un problema que está aquejando al país.
Conclusión. Qué gusto que existan trabajos cinematográficos como éste. Muchos más así, por favor.
P.D. Un agradecimiento a la distribuidora por la invitación al estreno.